Politicas de buen Gobierno Corporativo
Hoy en día disponer de pautas de buen gobierno y de control, junto con una cultura de transparencia, con acceso a la información relacionada con todo ello, se ha convertido en un elemento esencial para incrementar la confianza y proyectar una imagen de credibilidad frente a clientes e inversores.
Las políticas de Buen Gobierno constan de principios generales de actuación relacionados con el cumplimiento de los compromisos relacionados con el cumplimiento de las leyes, respeto a los derechos humanos, respeto al medio ambiente y responsabilidad social, tanto con el propio personal como con el entorno en el que la organización desarrolla su actividad.
En consonancia con la legislación europea vigente y con las Directivas de próxima transposición, los mecanismos de cumplimiento y buen gobierno corporativo se tornan esenciales para cumplir con dicha legislación y, al mismo tiempo, aumentar la transparencia y la confianza ante inversores y clientes, siendo también un elemento clave en la estrategia de Sostenibilidad.
Partiendo del mismo, se hará necesario el desarrollo de determinados procedimientos y políticas corporativas que cubran áreas relacionadas con directivos, empleados, orientación a la cultura corporativa, entre las que podríamos destacar:
- Evaluación de riesgos penales.
- Política anticorrupción y antifraude.
- Prevención de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo.
- Políticas sobre uso de correo electrónico y plataformas corporativas.
- Políticas de respeto a los derechos humanos.
- Políticas de relaciones personales y conflictos de interés.
- Políticas de igualdad, diversidad e inclusión.
Las organizaciones más eficientes se corresponden con aquellas que siguen protocolos de buen gobierno, puesto que existe un mejor control de sus procedimientos, un mejor aprovechamiento de los recursos y una mayor justicia social, lo que conlleva una mayor competitividad en el mercado.
Todos los beneficios que se generan con estas prácticas perduran en el tiempo, motivo por el cual se ha incentivado tanto en los últimos tiempos, desde la esfera institucional a nivel europeo y desde el ámbito privado, que las compañías sean eficaces en el desempeño de un buen Gobierno Corporativo.
La incorporación de mecanismos de control y el establecimiento de objetivos sostenibles son factores que generan una mayor confianza para bancos e inversores.
No contar con el EINF impactará de un modo negativo en la imagen y en la reputación de la Compañía, puesto que será directamente interpretado como una falta de transparencia hacia clientes, proveedores, inversores y demás stakeholders.
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